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Vieraskieliset / en espanol

El amor de Dios da luz a la alegría

Siionin Lähetyslehti
Vieraskieliset / en espanol
29.12.2014 15.27

Juttua muokattu:

1.1. 23:50
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El amor es la mar­ca dis­tin­ti­va del rei­no de Dios. El amor del Buen Pas­tor se exp­re­sa en la alegr­ía. Un se­gui­dor de Je­suc­ris­to se re­go­ci­ja por el don de la fe y la es­pe­ran­za de la vida eter­na. El evan­ge­lio nos da fu­er­za para creer y amar a ot­ros hi­jos de Dios.

Al acer­car­se el tiem­po de la Pas­cua, nu­est­ro Re­den­tor cenó con Sus se­gui­do­res. Él lavó los pies de Sus discí­pu­los y de ese modo les pro­por­ci­onó un ejemp­lo: los discí­pu­los deb­ían ha­cer como Su Se­ñor les hab­ía en­se­ña­do (Juan 13: 1-17). El Re­den­tor exp­li­ca el sig­ni­fi­ca­do del la­va­to­rio de los pies en Su sermón de des­pe­di­da (Juan 13: 31-14: 31). El con­te­ni­do básico del sermón se exp­re­sa en las pa­lab­ras: “Un man­da­mien­to nu­e­vo os doy: Que os am­éis unos a ot­ros; como yo os he ama­do, que tam­bién os am­éis unos a ot­ros” (Juan 13:34). El amor de Jesús por Sus discí­pu­los fue per­fec­to has­ta el fi­nal.

En la última cena, el Ma­est­ro les contó a Sus discí­pu­los la pará­bo­la de la vid y sus ra­mas: “Yo soy la vid ver­da­de­ra, y mi Pad­re es el lab­ra­dor. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo qui­tará; y todo aqu­el que lleva fruto, lo lim­pi­ará, para que lleve más fruto. Ya vo­sot­ros est­áis lim­pi­os por la pa­lab­ra que os he hab­la­do. Per­ma­ne­ced en mí, y yo en vo­sot­ros. Como el pámpano no pu­e­de lle­var fruto por sí mis­mo, si no per­ma­ne­ce en la vid, así tam­po­co vo­sot­ros, si no per­ma­nec­éis en mí.” (Juan 15: 1-4). La fu­er­za para creer y pro­du­cir bu­e­nos fru­tos pro­vie­ne de Cris­to

El Espí­ri­tu San­to en­se­ña

El Hijo de Dios -- el ma­est­ro per­fec­to -- dice a sus se­gui­do­res sob­re el amor de Dios: “Como el Pad­re me ha ama­do, así tam­bién yo os he ama­do; per­ma­ne­ced en mi amor. Si gu­ar­da­reis mis man­da­mien­tos, per­ma­ne­cer­éis en mi amor; así como yo he gu­ar­da­do los man­da­mien­tos de mi Pad­re, y per­ma­nez­co en su amor.” (Juan 15: 9-10).

La cong­re­ga­ción de Cris­to cree y vive sob­re el fun­da­men­to eter­no de la Pa­lab­ra de Dios. Jesús dijo: “Mas el Con­so­la­dor, el Espí­ri­tu San­to, a qui­en el Pad­re en­vi­ará en mi nomb­re, él os en­se­ñará to­das las co­sas, y os re­cor­dará todo lo que yo os he dic­ho.” (Juan 14: 26). “Y es­te es su man­da­mien­to: Que cre­a­mos en el nomb­re de su Hijo Je­suc­ris­to, y nos ame­mos unos a ot­ros como nos lo ha man­da­do. Y el que gu­ar­da sus man­da­mien­tos, per­ma­ne­ce en Dios, y Dios en él. Y en es­to sa­be­mos que él per­ma­ne­ce en no­sot­ros, por el Espí­ri­tu que nos ha dado.” (1 Juan 3: 23-24).

La voz del Buen Pas­tor se es­cuc­ha en el evan­ge­lio

Jesús dice: “Yo soy el buen pas­tor, y co­noz­co mis ove­jas, y las mías me co­no­cen, así como el Pad­re me co­no­ce, y yo co­noz­co al Pad­re; y pon­go mi vida por las ove­jas. Tam­bién ten­go ot­ras ove­jas que no son de es­te re­dil; aquél­las tam­bién debo traer, y oirán mi voz; y habrá un re­ba­ño, y un pas­tor.” (Juan 10: 14-16). Es­cuc­ha­mos la voz del Buen Pas­tor cu­an­do un crey­en­te proc­la­ma el perdón de los pe­ca­dos en el nomb­re y la ex­pi­a­ción por la sang­re de Jesús.

El evan­ge­lio del perdón de los pe­ca­dos da la fu­er­za para creer y amar a los demás hi­jos de Dios: “- - Dios es luz, y no hay ti­nieb­las en él. Si de­ci­mos que te­ne­mos co­mu­nión con él, y an­da­mos en ti­nieb­las, men­ti­mos, y no prac­ti­ca­mos la ver­dad; pero si an­da­mos en la luz, como él está en la luz, te­ne­mos co­mu­nión unos con ot­ros, y la sang­re de Je­suc­ris­to su Hijo nos lim­pia de todo pe­ca­do. Si de­ci­mos que no te­ne­mos pe­ca­do, nos en­ga­ña­mos a no­sot­ros mis­mos, y la ver­dad no está en no­sot­ros. Si con­fe­sa­mos nu­est­ros pe­ca­dos, él es fiel y jus­to para per­do­nar nu­est­ros pe­ca­dos, y lim­pi­ar­nos de toda mal­dad.” (1 Juan 1: 5-9).

Alegr­ía en el amor del Buen Pas­tor

El amor del Buen Pas­tor da luz a la alegr­ía. Jesús dijo: “Es­tas co­sas os he hab­la­do, para que mi gozo esté en vo­sot­ros, y vu­est­ro gozo sea cump­li­do.” (Juan 15:11). Un se­gui­dor de Cris­to se re­go­ci­ja por el don de la fe que Dios ha pre­pa­ra­do en su Hijo Je­suc­ris­to: “Por­que todo lo que es na­ci­do de Dios ven­ce al mun­do; y es­ta es la vic­to­ria que ha ven­ci­do al mun­do, nu­est­ra fe.” (1 Juan 5: 4).

Un hijo de Dios tam­bién se re­go­ci­ja por la es­pe­ran­za de la vida eter­na: “Ama­dos, aho­ra so­mos hi­jos de Dios, y aún no se ha ma­ni­fes­ta­do lo que he­mos de ser; pero sa­be­mos que cu­an­do él se ma­ni­fies­te, se­re­mos se­me­jan­tes a él, por­que le ve­re­mos tal como él es. Y todo aqu­el que tie­ne es­ta es­pe­ran­za en él, se pu­ri­fi­ca a sí mis­mo, así como él es puro.” (1 Juan 3: 2-3).

El amor es la mar­ca dis­tin­ti­va del rei­no de Dios

El amor es la mar­ca dis­tin­ti­va del rei­no de Dios en es­te mun­do. Jesús dice: “En es­to co­no­cerán to­dos que sois mis discí­pu­los, si tu­vie­reis amor los unos con los ot­ros.” (Juan 13:35). Nu­est­ro Re­den­tor or­de­na su­a­ve­men­te a sus se­gui­do­res: “Es­te es mi man­da­mien­to: Que os am­éis unos a ot­ros, como yo os he ama­do.” (Juan 15:12).

El amor mu­tuo de los crey­en­tes y la uni­dad del Espí­ri­tu San­to llama a una per­so­na inc­re­du­la al ar­re­pen­ti­mien­to y la fe en el evan­ge­lio; a la co­mu­nión con el rei­no de Dios. Hay gozo en el cie­lo y en la cong­re­ga­ción de Dios sob­re to­dos y cada uno que ha re­ci­bi­do la gra­cia del ar­re­pen­ti­mien­to (Lu­cas 15:3-7). Hay una gran alegr­ía cu­an­do el buen pas­tor en­cu­ent­ra su ove­ja per­di­da: “Mul­tip­li­cas­te la gen­te, y au­men­tas­te la alegr­ía. Se aleg­rarán de­lan­te de ti como se aleg­ran en la sie­ga, como se go­zan cu­an­do re­par­ten des­po­jos.” (Isa­ías 9:3).

Tex­to: Kyös­ti Pie­vi­läi­nen

Tra­duc­ción: M. B.

Re­cur­sos:Sii­o­nin Lä­he­tys­leh­ti 2/2014

Jul­kais­tu es­pan­jan­kie­li­ses­sä kie­li­liit­tees­sä 11/2014.

8.5.2024

Tunnustakaa syntinne toisillenne ja rukoilkaa toistenne puolesta, jotta parantuisitte. Vanhurskaan rukous on voimallinen ja saa paljon aikaan. Jaak. 5:16

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